viernes, 15 de mayo de 2009

Es el mejor tipo mi viejo.


Me ha tomado tiempo darme un tiempo, para escribir algo que pueda servir como catarsis y a la vez en honor a tu memoria.
Mi papá no fue el mejor papá, fue mucho mejor que eso, por eso cuando me animé a escribirte algo, después de tanto tiempo, fue porque sentía que ya tenía las palabras exactas y los recuerdos precisos.

Han sido dos meses desde que te fuiste, han pasado volando, lo que sigue pasando en camara lenta, al cerrar los ojos, son cada uno de los momentos que viví contigo, cada experiencia nueva, cada caida que tuve y cada alegría que a tu lado pasé. Me siento orgulloso de haber tenido la oportunidad de haber convertido a mi papá en mi amigo.

Cada día que voy a la universidad me acuerdo cuando me llevabas pisando acelerador, todo con tal de que llegue temprano, te importaba demasiado que aprenda a ser puntual. Gracias a ti ahora lo soy, no olvidaré jamás todo lo que significaste para mi, de lejos eres una de las pocas personas que podía arrancarme tanta carcajadas.

Te debo todo lo que soy, y tengo una deuda pendiente contigo, la cual quizas nunca salde, porque tú me enseñaste que siempre se puede hacer más, que siempre podemos ser mejores, el hacerte orgulloso será una tarea sin fin, que termine y empieze de nuevo cada día.


Te extraño muchisimo viejo, pero no de una forma triste y melancólica, sino con alegría, porque sé que si no lo hiciera así estaría yendo en contra de lo que tanto te esmeraste por hacerme entender, la vida es una fiesta y tú lo sabías mejor que nadie.
El cielo es el único lugar después de la vida en la tierra donde aún se toca música, ese sonido inconfundible que le sacabas a cada trompeta nueva lo llevaré tatuado e inmerso en mi por toda la vida.


Fuiste un grande en todo sentido, un gran músico, un gran amigo , un gran esposo y un mucho mejor padre. Y es que aunque a veces quisiera poder tener una última conversacion contigo, me llevo el recuerdo de que hasta el último momento estuvimos juntos, y eso será así siempre.

Incluso en mi último cumpleaños en el cual ya te sentías cansado te preocupaste por ir y comprarme las cajas de cerveza que siempre me dabas sin pedírtelo, incluso cansado hiciste lo mismo que todos los años, darme el mejor regalo, tu presencia y tu alegría.
El último día que estuviste con nosotros me diste un abrazo que hasta ahora yo siento interminable, pudiste decirme lo que me querías y lo orgulloso que te hacía, jamás olvidaré que hasta el último instante te esmeraste por seguir de pie demostrando lo que es vivir al máximo.


Marcaste en cada persona que te quiso una alegría diferente, una chispa que te hacía único, esa chispa es la que jamás podrá apagarse, ni en el corazón de quienes te amaron, ni en la memoria de quienes amaste.

Gracias viejo, por ser tanto en mi vida, por haberme dado tantas alegrías y tantas enseñanzas, gracias a ti estoy seguro que lograré cada reto que me propongo, y lo sé porque tú lo hiciste y porque además sé que estarás guiando mis pasos.


Gracias por permitirme tener el mejor ejemplo de vida, y por permitirme equivocarme y por mi cuenta aprender de eso, tengo tu voz rondando cada espacio de mi mente, tu risa rondando en cada parte de mi corazón, y te tengo a ti en todas partes, porque cada triunfo que celebre será celebrado por ti también, por que en cada obstaculo que se venga estarás tú con alguna de tus frases, dándome la pausa y la motivación que necesite para seguir.

Finalmente, gracias por TODO, no encuentro ninguna palabra para resumir lo que fuiste, ni para resumir cuánto te agradezco el haberme apoyado incondicionalmente, y cómo tú dirías, nada se termina, sino que todo comienza otra vez.

Comenzaré todos los días siguiendo cada uno de tus mejores consejos y terminaré este agradecimiento con puntos suspensivos, porque jamás terminaré de agradecerte lo grande que fuiste para mi y para quienes siempre te amaremos, hoy, siempre y por toda la vida juntos cholo . . .